Por la cantidad de veces que lo haces, llámese diario o a cada instante. Te convertís en robot a corto plazo y quieras o no, es parte de la rutina para ganarse la vida.
«Ay Marinette, eres asombrosa mi niña, un orgullo para tu
vieja amiga Alya. ¿Lo sabes bien, verdad cariño? Adrien no sabe de lo
que se pierde contigo; pues allá él y sus palabrerías de niño bobito y
torpe».
Alya Césaire, bloguera extrovertida y en ocasiones héroe y villana social.