No me arrepiento de haberle dicho lo que sentía a las personas las cuales quise, me hubiese arrepentido de no haberlo callado. Muchas veces me paso de callar por miedo al rechazo perder la amistad que tenía con la persona, pero decidí quitarme ese miedo y contárselo, luego que pase lo que tenga que pasar. Se puede decir que esto me ayudo enormemente en mi crecimiento personal a la hora de hablar con el sexo opuesto y ser yo mismo.