Me parece muy buena tu explicación yo creo que la distinción entre izquierda y derecha en política se basa en dos visiones opuestas sobre el papel del Estado, la economía y la sociedad. La izquierda se caracteriza por promover la igualdad social, la redistribución de la riqueza y la protección de los derechos laborales, buscando un Estado activo que garantice servicios públicos y protección social para todos. En contraste, la derecha defiende el libre mercado, la propiedad privada y la meritocracia, abogando por un Estado mínimo que favorezca la iniciativa individual y la competitividad económica. Mientras la izquierda tiende a ser más progresista, impulsando cambios sociales y la inclusión, la derecha suele ser más conservadora, valorando tradiciones y la estabilidad jerárquica. Estas diferencias se reflejan en las políticas implementadas, donde la izquierda prioriza el bienestar colectivo y la derecha el progreso individual.
El motivo por el que soy conservador y nacionalista, y no tanto libertario, radica en mi convicción de que la estabilidad, la identidad cultural y la cohesión social son fundamentales para el progreso de una nación. Creo en la importancia de preservar los valores tradicionales y la familia como pilares de la sociedad, ya que son la base que nos permite avanzar como comunidad. El libertarismo, con su enfoque en el individualismo extremo y la desregulación, tiende a debilitar estos lazos sociales y a promover una visión fragmentada de la sociedad, donde cada uno busca su propio interés sin considerar el bien común.
En cuanto al nacionalismo, defiendo la soberanía y la integridad de nuestra patria. Me preocupa que el libertarismo, con su tendencia a minimizar el papel del Estado y a favorecer la globalización, pueda llevar a una pérdida de control sobre nuestras decisiones políticas, económicas y culturales. Creo que una nación fuerte debe proteger su identidad y sus intereses frente a influencias externas que puedan diluir nuestra cultura o comprometer nuestra autonomía.
En materia económica, no estoy en contra del mercado, pero sí creo en un equilibrio que garantice justicia social y oportunidades para todos. El libertarismo, al abogar por una desregulación total, puede generar desigualdades extremas y dejar a los más vulnerables sin protección. Como conservador, apoyo una economía que combine iniciativa privada con un Estado que intervenga cuando sea necesario para asegurar el bienestar colectivo.