Jajajaja.
En uno de mis trabajos los viernes nos reuníamos 3 compañeros para ir a tomarnos unas chelas bien helodías a una cantina llamada "El cuarto bat" que estaba justo enfrente de lo que antes era el Parque de béisbol del IMSS hoy convertido en la Plaza Delta. CDMX.
Íbamos....nombres cambiados, el Leonidas, el Gabriel y el Jack.
El que menos tomaba siempre era Gabriel. Leo y yo sí le entrábamos con fe y alegría a los sorbos de cerveza.
Un día se nos unió Rogelio. El era obrero, de la cuadrilla de sanidad. Nosotros 3 del equipo de Aseguramiento de cálidad. Y ese día Gabriel, que además era el más joven de los 4 sí tomó más. Y luego de un rato llegó al punto donde se puso sentimental, mucho, chingo diría yo, y ya con casi lágrimas en los ojos nos contó su frustración porque una morra de la que él estaba muy enamorado no lo pelaba, lo había rechazado como novio y eso le estaba afectando.
No quedamos en silencio. Respetuosamente. Como de luto. Luego Gabriel hizo preguntas, una tras otra, porqué esto, porqué aquello. Otra vez silencio. Rogelio con menos instrucción que nosotros 3 y unos 8 o 10 años mayor de repente mira a Gabriel y muy natural, así, de su ronco pecho, lo toma por el hombro y le dice:
PUES MÁNDALA MUCHO A CHINGAR A SU MADRE...!!!!!
Juar, juar X 100. No nos reímos por respeto a nuestro amigo y compañero pero, en serio, esa frase le salió a Rogelio pero si bien muy dentro del alma. Jajajaja. Fue un momento memorable.
Bonus.
Quién ya haya tenido esa experiencia liberadora creo podrá entender lo que en realidad se siente al hacer y decir eso en pleno desamor.
