Sí, porque los medios nos venden la idea de que el éxito es lo más importante en la vida. Es una estrategia de mercadotecnia para comparar al éxito con el sexo, y también con sus productos y servicios a un nivel subliminal. Por eso la mayoría de la gente de las generaciones, que van al par con el desarrollo tecnológico de la comunicación, y que son víctimas de la manipulación ideológica masiva, se deprimen cuando experimentan el fracaso.