La vez que quise robar el tesoro del Inca Atahualpa, tenía que trepar un enorme cerro y casi llegando a la cumbre los apus me lanzaron una roca categoría "Indiana Jones en busca del Arca perdida", no me quedó más remedio que usar un parapente con alas de murciélago y en pleno vuelo me arrebató un huracán y me llevó kilómetros de kilómetros dejándome en Cuernavaca cerca a Tres Palos.