La vida poco a poco te va enseñando que uno mismo es el responsable de lo que nos pasa, así que la mayoría de los éxitos y fracasos son en gran medida provocados por uno mismo, por nuestras acciones y por nuestras actitudes.
También te enseña a detectar a las personas valiosas y tóxicas, y ya uno mismo decide como interactuar con ellas.
En resúmen, la única persona que me puede amargar la existencia soy Yo mismo, por ésta razón trato siempre de tener buenas actitudes, valorar y agradecer todo lo que la vida me dá, no preocuparme demasiado por lo que no está en mi controlar, y rodearme de personas positivas.