El acento de su voz provocaba en mi persona las más variadas emociones que te puedas imaginar, tenía el poder de provocarme alegría cuando pronunciaba mi nombre, claro a veces era extremadamente sexy y excitante, otras me hacía soñar, llegué a razonar a partir de nuestras conversaciones y recapacitar respecto de otras ...al final cuando empezó a alejarse la tristeza invadió mi corazon.