No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre” (Mt. 15:11), “¿No entienden que todo lo que entra en la boca va al estómago y luego se elimina? Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias” (Mt. 15:17-19). Para el Señor, lo de primer orden es lo que sale de adentro del hombre, no tanto lo que este come. A la vez, estamos llamados a ser buenos administradores de todo aquello que Dios nos ha dado (Mt. 25:14-30). ¡El cuerpo es una de ellas!