Sí, cuando me tocó ver los últimos días de mis seres queridos, nunca mas volví a ser la misma persona. Algo en mi se rompió a nivel personal se puede decir que ese sufrimiento me ayudó a comprender muchas cosas de la vida y una de ellas fue aprender a valorar lo que tengo enfrente, por ejemplo mi familia porque el tiempo es corto y no vuelve.