Cuando me hacen sentir mal y no tengo necesidad de convivir con ellos les dejo de hablar, osea ya son harina de otro costal ellos y sus vidas y yo con la mía... Eso es fácil y sencillo, no son personas tan tóxicas porque si comprenden que uno se aleja para no discutir y que siempre ve por la paz..
El dilema y martirio es cuando uno se ve obligado a convivir con gente VERDADERAMENtE tóxica, que les gusta chingar la madre solo porque les da satisfacción o les causa diversión que los demas se metan en problemas, que uno les dice ya wey parale con tu show o te agarro a bergazos y más siguen y siguen de chismosos, críticos de todo menos de su propia vida y amarranavajas...
Repito lo mejor es ignorar, ignorar, aunque sea callarse una que otra injusticia que solo existe en sus mentes... El karma existe y a todo guajolote le llega su noche buena...