Cuando se accidentaron mi hermano mayor y mi madre. Él conducía su auto por una calle tranquila y se le cruzó un loco al parecer drogado y le embistió con tanta fuerza que lo hizo avanzar y chocar contra un poste. La imagen de su carro estacionado en la comisaría destrozado la parte delantera y lleno de sangre se me quedó en la memoria por buen tiempo. Gracias a Dios lograron salvarse y no sufrieron daños mayores. De eso ya hace más de 20 años.