Una vez estaba caminando por la banqueta y unos cristales del muy bueno tamaño me rosaron. Cayeron desde una buena altura, quizá no me habrian matado pero si habría sido la mayor herida que jamás haya sufrido.
También debo decir que habría sido de esas heridas o muertes que suceden demasiado aleatorias, como la persona de un viejo video que muerio en su auto por un ladrillazo que sabrá Dios de dónde vino