Imagina que estás en la paletería más famosa de Bacheme, degustando el más grande y rico helado que se expende en ese lugar...
Te observa a la distancia una señora con sus dos hijos, cuya principal preocupación en ese momento en que cae el sol a plomo, es recabar una moneda entre los automovilistas para comprar algo de pan para el sustento suyo y de sus criaturas.
Uno de sus hijos le dice: Mamá podemos comprar un helado como el que está comiendo aquella señorita, tengo tentación de saber que tan rico es...