La respuesta científica al dilema de qué fue primero, si el huevo o la gallina, es clara: el huevo precedió a la gallina. Este huevo no fue puesto por una gallina, sino por un antecesor reptiliano de las aves (Como bien mencionas).
Este entendimiento se basa en la teoría de la evolución de Darwin, cuya explicación fácil nos permite comprender cómo las especies evolucionan a través de la selección natural, adaptándose gradualmente a sus entornos.
La utilización del huevo como método de reproducción es un fenómeno evolutivo que se remonta a mucho antes de la existencia de las gallinas.
Los huevos ofrecen un ambiente controlado y protegido, crucial para el desarrollo del embrión en muchos organismos vivos, no solo en las aves, sino también en reptiles, anfibios y peces.
Esta forma de reproducción posibilita que los embriones se desarrollen en un entorno aislado, protegidos de los peligros externos y dotados de los nutrientes necesarios hasta que están listos para enfrentarse al mundo exterior.