En mi experiencia hay más desventajas que ventajas. La vez que pude sacar provecho de tener un hermano gemelo fue en la secundaria. Él era estudioso, no se llevaba ninguna asignatura y yo todo lo contrario, no estudiaba y rompía las bolas en clases, por ello una vez casi me quedo libre por llegar al límite de las amonestaciones. Pero estuvimos juntos en 1° y 2° año del secundario y como a él le gustaba estudiar, pues aprobaba los exámenes por mí. Los profesores nunca se daban cuenta porque nuestra vestimenta era una chomba de color verde y jeans. Así que en mesa de exámenes solo tenía que presentarse y rendir por mí las asignaturas que me llevaba previas. Como también tenemos la voz similar tanto más fácil era que nadie se diera cuenta del impostor
Esa jugada la hicimos durante esos dos años que estuvimos juntos y ya en tercer año nos separaron para evitar las confusiones y nunca más volvimos a coincidir en un curso. Las desventajas que te confunden a diario, solo nuestros amigos saben que somos gemelos. El resto de las personas al no saberlo se confunden y cuando les explicamos que somos gemelos piensan que les estamos tomando el pelo. Tal es así que en nuestros celulares tenemos una foto juntos y las mostramos cuando nos piden una prueba, ya que no terminan de creer que nunca les hayamos contado que somos hermanos gemelos. Solo lo saben nuestros mejores amigos, al resto no consideramos que tengan que saber la verdad, también lo hacemos con esa doble intención, porque es hasta divertido a veces. Y otra cosa que me molestaba cuando eramos niños que en los cumpleaños nos regalaban la misma ropa y nos vestían iguales, lo que aumentaba la confusión, y a nosotros nos disgustaba pero no podíamos hacer nada. Y también están las odiosas comparaciones, que uno es más tranquilo, que el otro habla menos, el más simpático, el quilombero y el más tranquilo, etc, etc. Podría seguir toda la tarde 
