El miedo a no ser suficiente o a fracasar puede limitar tus acciones y decisiones. Al temer al fracaso, podrías evitar oportunidades que podrían llevarte al crecimiento personal y profesional.
Por ejemplo, el miedo al rechazo o a la soledad puede hacer que toleres situaciones o relaciones tóxicas, impidiendo que busques conexiones más saludables.