El estancamiento económico en Argentina no es un fenómeno reciente, sino que se ha gestado a lo largo de varios años, con raíces que se remontan a más de una década. Desde el fin de la convertibilidad en 2001, Argentina ha experimentado ciclos de crecimiento y recesión. Tras un período de crecimiento entre 2003 y 2011, la economía comenzó a mostrar señales de debilidad a partir de 2011, con un estancamiento que se ha intensificado en años recientes.
Argentina ha enfrentado déficits fiscales durante 13 de los últimos 16 años, lo que ha llevado a una creciente dependencia de la emisión monetaria para financiar el gasto público y este enfoque ha contribuido a una mayor inflación y a la erosión del poder adquisitivo de los ciudadanos. La economía argentina depende en gran medida de las exportaciones agrícolas y enfrenta problemas estructurales como una alta informalidad laboral y escasa inversión privada..
Macri recurrió al financiamiento externo para cubrir el déficit fiscal. Durante su mandato, la deuda externa se incrementó dramáticamente y en 2015, la inflación era del 30%, pero al finalizar su mandato, alcanzó casi el 57%.
Durante la presidencia de Alberto Fernández, la emisión monetaria en Argentina alcanzó niveles récord, lo que ha sido objeto de críticas por su impacto en la inflación y la estabilidad económica del país, desde que asumió el cargo en diciembre de 2019 hasta mediados de 2023, el gobierno de Fernández emitió aproximadamente 14% del PIB en moneda, superando las cifras de sus predecesores, incluyendo a Mauricio Macri y Cristina Kirchner. La fuerte emisión monetaria ha estado correlacionada con un aumento significativo de la inflación. Para finales de 2022, la inflación ya había alcanzado cifras alarmantes, y se estima que continuó creciendo en 2023. La emisión descontrolada ha sido señalada como una de las principales causas del incremento sostenido de los precios.. la herencia económica que deja Alberto Fernández incluye un alto nivel de emisión monetaria y un incremento significativo en la deuda pública.
Finalmente para finales del 2023, la inflación en Argentina alcanzó un 25%, lo que marcó el valor mensual más alto en 32 años. Al finalizar el año, la inflación acumulada fue del 211%, el nivel más alto desde 1990 y este contexto inflacionario dejó un impacto severo en el poder adquisitivo de la población. Las jubilaciones y salarios sufrieron caídas reales significativas: la jubilación mínima perdió un 14% de su poder adquisitivo, mientras que los salarios se estiman que perdieron alrededor del 10%..
En resumen mi amigo, el estancamiento económico en Argentina es el resultado de una combinación de políticas ineficaces, inflación persistente, déficit fiscal crónico y problemas estructurales arraigados desde hace años. Toda la política en general se ha encargado de destrozar nuestro país, ni hablar a nivel educativo y social que atravesamos.