Porque en esta vida aprendemos, equivocadamente, a dar por hecho muchas cosas y a pensar que siempre las vamos a tener.
Tambien, cuando ocurren tragedias, solemos pensar que nunca nos va a tocar.
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Un cruel ejemplo:
Si Lobito ve a otro lobito que se le prende la cola, nunca razona que la suya tambien es inflamable.