Siempre tuve claro ,que tenía que esconderme del mundo , porque el mundo era malo.
Viví muchos años así ,en esa fobia social.
Y yo creí que era mi gran verdad y una buena verdad.
Pero con Cristo, él cambió todo y me enseñó la verdadera verdad.
Ahora sé que él me ama y me amará por siempre.
Y que yo debo amar a mi prójimo, y aún A mis enemigos, porque Dios me ama y yo lo amo a él.