Las Microafirmaciones sustituyen los mensajes sobre deficiencias y exclusión por mensajes de excelencia, apertura y oportunidad.
Powell, Demetriou y Fisher (2013) describieron las microafirmaciones en una serie de acciones tangibles que pueden aplicarse a experiencias desafiantes y afirmativas.
Resumidas aquí, estas prácticas enfatizan:
- Escucha activa, que se centra en escuchar claramente lo que se comparte y se demuestra a través del contacto visual, una postura corporal abierta, resumir declaraciones y/o hacer preguntas calificadas para garantizar la comprensión.
- Reconocer y validar experiencias implica dilucidar el qué, el por qué y el cómo. Es útil profundizar más identificando y validando los comportamientos constructivos que un estudiante demostró para manifestar o responder a la experiencia, expresando preocupación por el efecto del evento y demostrando voluntad de pensar en un camino productivo a seguir.
- Afirmar reacciones emocionales a través del reconocimiento verbal de que han experimentado algo emocionante, frustrante, hiriente, etc. permite que la conversación se centre en convertir esos sentimientos en acciones que empoderarán, sanarán y/o fomentarán el aprendizaje.